En la provincia de Guayas, en el río Guayas se encuentran dos islas Gallo y Santay. Los pobladores de Santay desarrollan su actividad económica a través del turismo, que permite a cientos de viajeros conocer este rincón natural de Ecuador. Manglares, árboles, especies de flora y fauna hacen de este espacio un lugar de gran belleza natural que debe ser conocido.
Conoce las razones porqué viajar a la isla Santay será una aventura natural a otro nivel:
Visitar la ecoaldea: En este sitio de interés turístico se encuentra un centro de interpretación que detalla la historia de la isla, compuesta por 2.179 hectáreas que protegen los secretos, misterios e historias de las culturas Huancavilca, Punáes y Milagro-Quevedo. Antes se consideraba un isla de producción arrocera, en la actualidad 250 personan que habitan en la isla dedican su actividad económica al turismo y la pesca. Existen senderos de caminata, un mirador, restaurante y espacio de comercialización de artesanías, que muestran la habilidad de los habitantes de esta zona.
Ver cocodrilos: En la ecoaldea se encuentra una cocodrilera, la misma que posee una gran laguna donde se observan machos y hembras. Estos reptiles fueron rescatados, son alimentados y cuidados por los guardaparques de este lugar. Los viajeros pueden observar el movimiento de 16 cocodrilos al sumergirse o salir del aguas. Los cocodrilos pueden llegar a medir hasta 6 metros y pesar 200 libras. Los cocodrilos son alimentados con pollo, es muy importante que los turistas no molestan a las especies, que viven en este hábitat natural de Guayaquil.
Realizar ciclismo: La brisa costera acompaña a los amantes de la aventura y la naturaleza, quienes sobre una bicicleta arriban a la aldea. Los ciclistas transitan por un largo puente construido sobre el río Guayas para continuar el recorrido sobre una larga caminera construida con material reciclable, al transitar por el lugar se observa gran diversidad de flora del sitio y varias especies de aves e insectos. El clima cálido del sitio es idóneo para practicar este deporte. Las bicicletas pueden ser alquiladas y permiten que los viajeros realicen el viaje de ida, recorran la aldea y retornen al inicio del trayecto.
Observar aves: Es el hábitat de cerca de 136 especies de aves de diversos colores y tamaños, que descansan y anidan en este sitio Ramsar, humedal de importancia internacional. Existen varias aves migratorias que permanecen en esta isla ecuatoriana, declarada Patrimonio Nacional, desde 2010. La diversidad de sus arbustos y vegetación nativa se convierte en hogar de aves raras que poco han sido observadas en Guayaquil, convirtiendo a la isla en un refugio natural que atrae a viajeros y observadores de aves, quienes pueden observar ibis blancos, garzas y jilgueros, entre las especies más comunes.
Navegar en río: El acceso fluvial se lo realiza desde el muelle Yatch Club de Guayaquil. En el trayecto se observan pescadores artesanales y mangle negro, en donde habitan cangrejos. Los viajeros deben cuidar del entorno natural sin arrojar desperdicios en el agua para no afectar a las especies que habitan en la zona. Para conocer la zona costera es recomendable llevar protección solar y repelente para mosquitos.