Los diablos salen del infierno para bailar en Ecuador

Una fiesta de diablos da inicio al año nuevo en Ecuador, y es que del 1 al 6 de enero, el cantón Píllaro se convierte en el epicentro de una de las celebraciones más tradicionales del país: la Diablada de Píllaro.

Celos y picardía originaron la fiesta

Cuenta la leyenda que en Píllaro, los jóvenes del barrio Tunguipamba y de la parroquia Marcos Espinel, salían de noche a conquistar los corazones de las damas llevándoles serenatas. Sin embargo, los celosos hermanos y pretendientes de las señoritas idearon un plan para ahuyentarlos. ¿La solución? Disfrazarse con sábanas blancas, caretas con cachos de venado y producir ruidos misteriosos con un cabresto seco. 

Así nació la Diablada de Píllaro, una tradición que ha evolucionado con el tiempo y se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.

La Transformación: De serenatas a recorridos magnánimos

A lo largo de los años, esta manifestación inicial de celos ha evolucionado en una celebración que abraza la creatividad y la tradición, pues se ha convertido en un espectáculo en el que participan 15 comunidades, cada una formada por entre 1.000 y 2.000 personas entre diablos y danzantes. Un desfile que se despliega como un lienzo vibrante de color, música y danza, llenando las calles de Píllaro de una energía indescriptible.

Desfiles, Concursos y Máscaras Infernales

Del 1 al 6 de enero, las calles de Píllaro no paran de vibrar. Durante el día, los recorridos inician en las comunidades hacia el corazón de Píllaro. La calle Rocafuerte se convierte en la pasarela donde los diablos despliegan su talento y creatividad.  Mientras que al caer la tarde, la Diablada no se rinde, pues los personajes recorren nuevos trayectos con máscaras iluminadas, al ritmo de los sanjuanitos.  Los ‘descansos’ se convierten en escenarios de concursos y premiaciones, donde la comunidad se une para celebrar la tradición que los conecta.

Detrás del Telón: El Arte de las Máscaras

Pero la Diablada no es solo un desfile; es una competencia impresionante donde se premia al mejor bailarín y a la mejor máscara.  Con papel acartonado, engrudo de harina de yuca y una dosis de maestría, las máscaras toman forma. Capas de papel, masilla y la aplicación de los colores infernales, rojo y negro, dan vida a estas piezas que personifican el espíritu de la festividad. ¡Son auténticas obras de arte infernal!

Una fiesta para turistear

La Diablada de Píllaro no solo es un espectáculo para la vista, sino un fenómeno que impulsa el turismo en el cantón. Más de 20.000 visitantes, entre locales y extranjeros, convergen para sumergirse en esta experiencia única, dejando una huella imborrable en el tejido cultural y comercial de Píllaro.

Para los viajeros ansiosos de vivir esta tradición, marquen sus calendarios del 1 al 6 de enero de 2024. Descubran las maravillas naturales de Píllaro, desde la laguna de Pisayambo, pasando por la cascada de Gertrudis, el Mirador de Huaynacuri, hasta el imponente Parque Nacional Llanganates, hogar de una biodiversidad fascinante y vistas panorámicas de los volcanes Cotopaxi, Tungurahua, Illiniza y Chimborazo.

 

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